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martes, 21 de julio de 2020

¿Quién no recuerda ‘Barriga de trapo’? hoy sus 9 hijos cumplirían 23 años

























Cursaba el año 1997, cuando una mañana la ciudad y el país se admiró, tras enterarse de un asombrante y muy particular caso que ocupó por varios días las primeras páginas de los periódicos con el caso de una joven mujer de 16 años de edad, manifestó estar embarazada, pero no un embarazo cualquiera, pues su barriga deslumbró a más de un galeno y científico que conoció el caso.






¡Te comiste el cuento también!




En ese tiempo, el “Whatsapp” era el bordillo y las esquinas donde se compartían en grupos informaciones, que luego al oído de las comadres (hoy redes sociales), se volvían lo que hoy llamamos “virales”, donde todo comenzaba con un “Nojoda cuadro, ese man qué?”…


Esa expresiones y muchas otras, llevaron a los medios de comunicación a denominar a Álex, “gestor” de tal criatura, como “El Machoman”, apelativo con el cual, se enorgullecía, sacando pecho por las calles a cuanto preguntón se le atravesaba diciéndole “Yo soy el papá”, que había sido muy bien alimentado y bla, bla, bla…, vinieron los periodistas y reportajes a conocer la historia que terminó por cortar más telas de la que había.


Como comenzó todo?




La joven Mariana llegó a sorprender a su novio Álex, según expresó en su entonces “martillándose” con su mejor amiga en un parque y por estar perdidamente enamorada de él y para no perderlo, decidió armar tremendo papelón o más bien telón, engañando a todo un país, a su familia y al novio Álex simulando un embarazo.


Inexperta en embarazo y desesperada por su “embarazo”, comenzó a observar a otras mujeres embarazadas y como quién no quiere la cosa les preguntaba por sus sintomatologías y demás, tomando nota atenta, en medio de reunión con la familia en casa, debutó con mareos, náuseas y antojos y con el tiempo llegó el momento de empezar a justificar una barriga, de manera que a los tres meses con grandes cantidades de agua bebida a diario para tratar así que se le pronunciara una barriga, pues la gente le decía que no se me notaba el embarazo “el pelao te va a salir desnutrido”, decían sus vecinos.


Llegado el quinto mes y preocupada por demostrar su barriga de embarazo, optó por ponerse un vestido de baño negro de una sola pieza, así le sostendría el cumulo de telares que extrañamente comenzaban a desaparecer de los escaparates de los cuartos, logrando con el uso de prendas anchas y largas simular su estado anhelado, logrando convencer a todo aquel que le tocaba la barriga de trapo.


A la hora de la intimidad, su plan milimétrico, estaba calculado




A la hora del té, el té y a la hora del sexo de ladito y con ropa abordo “me corría el vestido de baño creyendo que era mi calzón y así lo hacíamos”, dijo Mariana.


“Ahí hay más de un pelao”


Llegado el mes siete, su suegra asombrada del tamaño de la barriga expresó “ahí hay más de un pelao”, lo que le trajo a la memoria una noticia que había visto tiempo atrás.


de una muchacha que tuvo ocho hijos , entonces pensó, “si ella tuvo ocho yo tengo nueve”.


La noticia se regó así como “El primer día sin IVA”


Cuando una prima de Mariana (la futura madre con semejante barriga), llevó a un periodista quién conoció el caso de primicia, se reventó no la barriga, sino el chisme que se volvió noticia de primera.


Mariana cree recordar que fue un 28 de noviembre que le pillaron la carreta, o mejor dicho, la barriga de trapo.


“Todos querían que me hiciera una ecografía y una psicóloga del hospital empezó a hacerme preguntas y caí redondita, ella descubrió el embuste. Empecé a llorar, a gritar, y entonces los médicos me esposaron a la camilla y empezaron a sacarme los trapos de la barriga”


La cosa no paró allí




La burla, la vergüenza y el folclor que siempre han destacados a los natos costeños, trajeron consigo la montada del año que terminó su familia dándole la espalda, incluso hubo gente que trató de lincharla. Esto la llevó a tener que mudarse a Cartagena, donde continuó lo que hoy llaman el bullying y que castizamente llamábamos “Montada”, lo que les significó hasta pérdidas de trabajo y de su amado “Macho Man” Álex.




Hoy Mariana es madre de cuatro hijos desde hace varios años labora haciendo trenzas y masajes a los turistas al frente del hotel Dorado de Cartagena, lo cual está quieto por la pandemia que atraviesa el país.


“De todo esto aprendí a no mentir jamás y a ser una mujer de bien”






De su novio Álex se supo que son amigos, que ríen al memorar aquella historia como de macondo que, le mereció una charla a carcajadas con el Nobel de literatura, Gabriel García Márquez.


Una experiencia de la cual debió pagar un precio alto. “ jamás he podido encontrar el amor”, concluyó.


Ferre Montecristo

Ferre Montecristo
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