Nueva Tabarca: la isla española donde los gatos superan en número a los habitantes
La isla, de tan solo 0,3 kilómetros cuadrados, es conocida por su belleza natural, sus aguas cristalinas y su rica reserva marina, pero en los últimos años su fama ha crecido gracias a sus numerosos gatos. Muchos de ellos descienden de animales domésticos que fueron abandonados o se reprodujeron libremente, encontrando en el entorno insular un espacio tranquilo, sin grandes amenazas y con suficiente alimento gracias a la ayuda de residentes y visitantes.
Los lugareños han aprendido a convivir con los felinos, que se pasean libremente por calles empedradas, muros antiguos y embarcaderos. Algunos vecinos incluso se han organizado para cuidar de ellos, proporcionándoles alimento y atención veterinaria básica. Esta relación ha despertado la simpatía de los turistas, que llegan atraídos por la historia de “la isla de los gatos” y se suman a las iniciativas de protección animal que promueven asociaciones locales.
Sin embargo, el fenómeno también ha planteado retos. Las autoridades de Alicante y organizaciones ambientales han debatido sobre la necesidad de controlar la población felina mediante campañas de esterilización, con el fin de evitar el impacto ecológico sobre las aves y especies autóctonas de la reserva marina. Aun así, se busca lograr un equilibrio que permita mantener el encanto de la isla sin afectar su ecosistema.
Hoy, Nueva Tabarca se ha transformado en un destino singular donde la historia, la naturaleza y la vida animal se mezclan en perfecta armonía. Para quienes la visitan, recorrer sus estrechas calles bajo el sol mediterráneo y ver decenas de gatos descansando al borde del mar se convierte en una experiencia única que refleja la esencia más tranquila y pintoresca de la costa española.